My Hide Side
Era una noche fría y solitaria, parecía que el tiempo se había detenido. No rondaba ni un alma por aquel lugar, todo estaba en silencio y en calma, ese ambiente me daba algo de miedo, sabía que algo iba a pasar. El cielo estaba despejado, era una noche clara y con luna llena. Sin nada que hacer, decidí irme para mi casa, a esperar que el otro día no fuese como este.

La luna se veía desde mi cama, y a través de los vidrios de la ventana, se colaban débiles rayos, que daban justamente en mis ojos, rayos molestos que no me dejan dormir. Ya todo cambia, el ambiente no es igual, todo el cuarto es rodeado por una extraña luz incandescente que torna al frío en calor... jamás había tenido una noche tan cálida. El incesante calor, me hace delirar y se empiezan a crear raras imágenes, que según mi opinión, es mi subconsciente.

En la pared que tengo al frente, se ve una sombra, parece la de una mujer, esa sombra tan inusual, no me deja apartar mi vista de ella, la paranoia me invade, quiero salir de aquí. De pronto esa luz, se va opacando lentamente y el frío vuelve a llenar la habitación, pensé que todo había sido un mal sueño, pero todavía queda algo... la sombra de lo que parece una mujer.

La paranoia va desapareciendo, ya no tengo por que tener miedo. Toda clase de pensamientos inconclusos pasaban por mi cabeza, mientras veía con gracia a la extraña sombra, siento como mi cuerpo se desvanece, y una sonrisa de anhelo se pinta en mis labios. La sombra se va aclarando, y aparece la figura de una mujer desnuda... vi como se materializó justo en frente de mi.

Una gran hermosura es irradiada desde su cuerpo perfecto; es blanca, con ojos claros y cabellos largos de un negro como la noche. Sus extremidades son largas y delgadas, como si fuese hecha con un delicado pincel.

Su mirada se fija en la mía y veo claramente que es lo que ella quiere... Era la maldad pura encarnada en una persona, esa misma que me transmite y me agrada. Inmóvil me encuentro en mi cama, cuando esa esbelta y hermosa figurase va acercando cada vez más al lugar donde reposo inerte.

Aquella sensación que experimento es demasiado agradable, la maldad me invade por completo. Ya no escucho nada, solo el latir de mi corazón que va aumentando progresivamente, nunca antes nada me había causado tanto placer... Y juntas, nos volvemos una, sentí como ella me poseía. Mi cama se ha convertido en una pila de hojas secas, hay árboles a mi alrededor, un poco desorientada, exploro con mi vista el lugar desconocido en donde me encuentro.

Es un bosque, denso y lleno de neblina. Mi pensamiento se fusiona con el de ella, cada una sabe lo que piensa la otra. Nuestro instinto animal, fluye como adrenalina, y nos envuelve hasta convertirnos en uno.

Tenemos sed de sangre, no era la primera vez que pasaba. Siendo ya un animal, me percato de que esa mujer soy yo, pero es el lado que siempre oculto, que en determinadas noches sale para avisarme que es parte de mi. Recorriendo el bosque, estoy al asecho de mi próxima victima, que desde hace algún tiempo he querido cazar.

Localizada, me abalanzo contra él, es increíble ver su falta de temor, más bien parece ansioso, me gusta ver como mis victimas disfrutan de su muerte; serena, decido jugar con él, con mis garras destrozo sus ropas y procedo a lamerlo sutilmente.

Viéndome a lo ojos, sin expresión de sufrimiento ni desesperación, me reconoce y me susurra al oído: “ He estado esperando este momento”... De un rápido y fuerte mordisco, le desgarro el cuello, quitándole la vida... Que carne tan suave y tierna .

Después de que lo devoro entero, todo se pone borroso, vuelvo a ser yo otra vez, cansada y cubierta de sangre, me desplomo en el húmedo suelo del bosque.

Al otro día me despierto, y todo es normal, estoy en mi cama, escucho ruido por todos lados, el televisor, el telefono, a mi mamá discutiendo con mi hermana, al perro ladrando y al tráfico que inunda la ciudad.

Solo soy yo y me pequeño secreto. Tan solo espero que llegue otro día como ese y haya alguien que me deje ponerle fin sus días.